A
veces, durante la noche, una pesadilla te sobresalta, y, aún dormido, nos llamas
entre sollozos, para rescatarte de esos sueños
oscuros…Unas veces es a papá a quien reclamas, otras, a mí…
Esta
noche te oí gritar “mami”; fui medio sonámbula a ver qué te pasaba, y tenías
los brazos extendidos, reclamando los míos para levantarte de la cuna y cogerte
entre mis manos…En cuanto te tuve encima, suspiraste inhalando mi olor, y sentí cómo
te tranquilizabas inmediatamente, cómo notabas que estabas protegido y volvías
a respirar pegando la cabecita a mi pecho (te encanta oír los latidos de mi
corazón). Al ratito roncabas profundamente.
Estabas
precioso, aún más guapo que de día, con carita de ángel, relajado. No tuve por
menos que comerte a besos esos mofletes de carne prieta, tierna, que hace honor
a tu apellido materno (lozana)…Verte tan indefenso entre mis brazos, tan
chiquitín, y sentir lo esencial que es para ti nuestra presencia, la
importancia de que estemos cuando nos necesitas, me provocó unas tremendas
ganas de llorar de alegría. Me sentí tan feliz…Pensé que dentro de poco echaré
de menos estos agotadores despertares nocturnos, tus desvelos. El tiempo pasa
volando, y cada vez eres menos “bebé”…Llegará un día en que te de vergüencilla
darme besos.
Mientras
tanto, yo disfruto pidiéndotelos cuando estás despierto, y robándotelos por la
noche. Haciéndote cosquillas en la tripa hasta que no puedes más y te da hipo,
o esperándote con los brazos abiertos a que vengas corriendo a abrazarme desde
el otro lado del pasillo con una sonrisa radiante, de esas que sólo tú sabes
poner.
Inventándome
que tengo “pupa” en distintos sitios para que vengas a curarlos dándome
besitos, porque hace poquito que aprendiste a curar. Y preguntándote si me
quieres, y oyéndote decir “sí” mientras me miras con esa carita…
De
momento no me llamas pesada, ni te da corte que te achuche, así que yo
aprovecho…aprovecho para quererte y para sentir cómo cada gesto de amor lo
recibo de ti multiplicado por mil.
Progresas
a pasos agigantados, tu mundo se amplía cada día un poco más, cada día
construyes con los bloques torres más altas, chutas mejor con la pelota, conoces
más palabras y entiendes conceptos abstractos. Ya sabes los nombres de toda la
familia, y has aprendido quiénes son tus compañeros de guardería, y quién es la
“Seño”. Te miras al espejo y tú solo te haces cucamonas, te reconoces en fotos,
sabes que las abuelas te hablan por teléfono y les tiras besos…Me pides fotos
de los titos, de los abus…Ves capítulos más largos de dibujos, y te das cuenta
de lo que pasa. Bailas como una peonza al escuchar música, y haces la bocina nada más montar en el coche…Te
pirras por tirarte una y otra vez del tobogán, y trepas por los sofás de casa
como un monete. Me ayudas a echar la ropa a la lavadora. Te llevas la cuchara a
la boca, y te enfadas cuando no puedes comer tú solito.
Sin duda la entrada más bonita del blog!
ResponderEliminarLa más sentimental, jejeje
Eliminar