TIENDA ONLINE

sábado, 13 de octubre de 2012

LLEGA EL OTOÑO

He heredado de mi madre el gusto por el otoño,  los días de lluvia, las hojas caídas en los parques, el olor de la tierra húmeda...Mientras la naturaleza se desnuda (los árboles pierden las hojas, y desaparece el verdor de los campos), nosotros, tras la exposición de nuestras chichas al sol veraniego, volvemos a sacar de los armarios ropa de abrigo, y a adoptar la " técnica de la cebolla" (ya sabéis, capa sobre capa)...

Es esta una estación melancólica y nostálgica: los días se hacen más cortos y nos invitan a pasar más tiempo en casa, leyendo un buen libro en el sofá bajo la manta, escuchando música, pensando en nuestras cosas.Da la sensación de que vuelve el silencio: los animalillos se refugian con el frío, se esconden en sus madrigueras, y nosotros hacemos lo propio en el hogar, o fuera de él, nos "retraemos" como bichos bola, y parece que hasta la personalidad nos cambia: somos menos abiertos, nos "ensimismamos"...

Después de recargar las pilas en verano, con las vacaciones, toca volver a la rutina, que yo siempre he asociado con la "vuelta al cole", primero como alumna y luego como profesora. Para mí el año siempre ha comenzado con el curso escolar, y no el uno de enero.  Y es que siempre cambia mucho más mi vida en otoño que el día después del 31 de diciembre.

Recuerdo con especial nostalgia el comienzo de curso cuando aún iba a la escuela: las semanas previas, de preparativos del material escolar, la compra de libros, cuadernos...A mi hermana y a mí nos encantaban los artículos de papelería, y nos pirrábamos por estrenar estuche, mochila...El gusanillo en el estómago al llegar el primer día de clase, deseando reencontrarnos con las amigas, conocer nuevos compañeros...Éramos tan inocentes que vivíamos como un auténtico drama el cambio de algunos compañeros a la clase de al lado...¡parecía que ya no nos volveríamos a ver! 

Todo eso ha pasado, pero, aunque distinto, conforme me he hecho mayor, he seguido sintiendo el otoño como una época de comienzos...Sin embargo, este ha sido el primer año en que no ha empezado el curso para mí, no he recibido ninguna llamada del trabajo, no he visto mi nombre publicado en ninguna lista y no he tenido que salir " a la aventura" a dar clase en un pueblo perdido de Castilla...Por eso, me siento rara, parece que el otoño esta vez no va a ser comienzo de nada, sino continuación de un verano, que tampoco ha sido especialmente bueno (el verano está hecho para descansar, pero cuando uno está parado, siente que no le corresponden las vacaciones, por cansado que esté...)...Quizá un poco más triste que de costumbre durante esta estación ( que de por sí suele serlo).

Pensaré en que si no yo,  mi pequeñajo sí está teniendo un otoño lleno de novedades, para él sí que ha habido cambios muy significativos: ha comenzado la guardería, ha conocido un montón de compañeros (nunca había estado rodeado de tantos pitufillos), está descubriendo un mundo, que le enriquece y le hace fuerte. Y a mí me encanta verlo crecer y transformarse de un día para otro...Cuando vamos a recogerle y al abrir la puerta de su clase nos recibe jugando, con una sonrisa de oreja a oreja, cuando corre hacia mí tirándome besitos, pienso que hasta que él llego no sabía lo que era ser feliz de verdad, y que ya pueden venir los tiempos todo lo malos que quieran , y darme todos los bajones del mundo, que yo ya tengo el antídoto contra mi tristeza: mi tesoro-tesorete...


Beso mamá


No hay comentarios:

Publicar un comentario